dilluns, 18 d’octubre del 2010

Puro humo

En vísperas de la huelga general, Artur Mas se despachó diciendo que entendía los motivos de la convocatoria y de la movilización sindical. Pero, deliberadamente, obvió el hecho de que, con sus votos en el Congreso, contribuyó a aprobar la reforma laboral, que fue el detonante de la huelga. ¡A eso se le llama responsabilidad! Mas afirmó también que en caso de ser el próximo president de la Generalitat, iba a reducir el paro a la mitad en sólo cuatro años. ¡Impresionante! Pero no nos dijo ni cómo, ni con qué instrumentos. Posteriormente, Duran, consciente de la metedura de pata de su jefe de filas, le rectificó, matizando que lo que harían en caso de gobernar sería, principalmente, generar confianza entre el empresariado¡ Así, sin más, en genérico. ¡A eso se le llama rigor y concreción en la implantación de políticas para transformar nuestro modelo productivo, reactivar la economía y dinamizar el mercado de trabajo! Mas dijo que iba a reducir en un 25 por ciento el número de funcionarios de la Administración de la Generalitat de Catalunya, lo que en términos laborales equivale a despedir nada más y nada menos que a entre 40.000 y 50.000 personas. Luego se interpretó a sí mismo, afirmando que era una medida a largo plazo y que sólo iba a conseguirse dejando sin cubrir las vacantes por jubilación. Todo muy sensato. Muy riguroso. Muy reflexionado. Muy... solvente.

Recientemente, el líder de CiU también viene sosteniendo que van a pedir el concierto económico para Catalunya, ignorando que hace apenas un año se logró el mayor acuerdo de financiación que jamás haya tenido en su historia. Para ello incluso han editado un libro, a modo de manual, que pretende instruirnos sobre cómo conseguirlo, sosteniendo, jurídicamente, que para ello no se requiere ninguna reforma constitucional, sino sólo una reforma de la Lofca. Y yo me pregunto: si tan sencillo es, ¿por qué no lo hicieron antes, durante los 23 años que estuvieron gobernando? Y mejor aún, ¿con quién van a forjar la mayoría parlamentaria necesaria para conseguirlo?

Y ahora, Artur Mas nos dice, en un ejercicio de apología del catastrofismo, que si ganan las elecciones, en la caja de la Generalitat sólo van a encontrar telarañas. Esa afirmación no tiene otro objetivo que ofrecerse ante el electorado como unos eficientes gestores económicos¡ Como unos auténticos magos de las finanzas. Pero lo mejor del caso es que esos magos son exactamente los mismos dirigentes, con nombres y apellidos, que integraron el último Gobierno de Jordi Pujol. Con Artur Mas como conseller en Cap, nos dejaron una herencia de 17.364 millones de euros de deuda que el Gobierno actual necesitó seis años para poder amortizar; un gasto desplazado de 2.903 millones de euros, la mayoría del cual era sanitario, y comprometieron contratos para la ejecución de infraestructuras por valor de 7.600 millones de euros, algunos de ellos hasta el año 2041. ¡Y todo eso en una etapa de expansión y crecimiento económico! Brillante hoja de servicios al país...

En definitiva, todo ello nos demuestra que estamos ante un ejercicio de insensatez e irresponsabilidad política que únicamente contribuye, desde la frivolidad, a dañar la credibilidad de la Generalitat en los mercados y olvidando que se está viviendo la crisis más grave en nuestro país de los últimos 80 años¡ Y con sus críticas a la emisión de bonos efectuada por la Generalitat, ignoran la advertencia que en el año 2004 efectuó el propio Jordi Pujol a todos aquellos que cuestionaban las medidas de endeudamiento, porque con ello, dijo, "sólo se conseguiría perjudicar al país y al Gobierno".

Es evidente que estamos ante un ejercicio de constante improvisación y de propuestas y contrapropuestas en materia económica¡ Proclamas vacías de contenido y propuestas de cartón piedra que no resistirían un debate político serio y coherente¡ Unas iniciativas que demuestran y confirman que CiU no está capacitada para liderar Catalunya desde la seriedad y el rigor que demandan momentos tan delicados y complejos como los que los ciudadanos y nuestra economía están padeciendo. Catalunya se está jugando la consolidación de su presente y su futuro de progreso, y éste no se construye a base de propuestas económicas superficiales que no son más que un ejercicio de marketing político. Catalunya merece mucho más que humo.


Article publicat a la revista El Siglo el 18/10/2010