Sr. Ministro,
Hace unos días en
Bruselas le echaron por tierra sus cifras de déficit y le dijeron que debía
incorporar las ayudas a la banca. Ayer conocimos que su ministerio ha intentado ocultar
parte del déficit real mediante el retraso de las devoluciones de distintos impuestos.
Todo este maquillaje contable no es más que la demostración de la enorme
dificultad que tienen Ustedes para cuadrar las cuentas. España necesita más margen, Sr. Ministro, menos
apremios, y Ud. lo sabe, porque la recesión es mucho más dura de lo esperado. Ante esta situación no cree
que ha llegado el momento de flexibilizar el objetivo de déficit de las
Comunidades autónomas?
Sr. Ministro, Ud. presume de
rigor económico y de ser el garante de las políticas de austeridad de este país,
pero después de lo que hemos visto, lo cierto es que a Ud. no le cuadra nada
y que con sus triquiñuelas para camuflar el déficit, uno tiene la sensación de
que Ud. está actuando más como un contable de la calderilla que como un
verdadero Ministro de hacienda! Así lo siento y así se lo digo.
Ud.
está todo el día
ejerciendo un control inquisitorial sobre el déficit de las comunidades
autónomas y sin embargo se permite el lujo de hacerse trampas al
solitario! Pero claro, con la diferencia que con ello nos compromete a
todos y pone en
entredicho la credibilidad de nuestro país. ¿Con qué legitimidad puede
ahora seguir
manteniendo esa presión asfixiante sobre las comunidades autónomas, Sr.
Ministro?
Ud. hace trampas, pero exige rigor a los demás. Ud. no cumple,
pero pretende hacer cumplir a las CCAA. Y fíjese lo que ha provocado: con su actitud le ha dado
la excusa perfecta al Conseller de Economia de la Generalitat de
Catalunya para que pueda ocultar su falta de apoyos políticos en el Parlament y
se atreva a insinuar una posible prórroga presupuestaria. Eso es lo que ha
conseguido, Sr. Ministro. Brillante! En fin…
Ud. debería saber que detrás de sus frías
estadísticas, detrás de su hachazo salvaje a las políticas de bienestar, detrás
de cada uno de esos 5 millones de parados, hay personas de carne y hueso,
personas con nombres y apellidos. Personas y familias enteras que sufren injustamente
cada día.
Su obsesión por el
déficit genera más paro, más recesión, más sufrimiento y deja a millones de ciudadanos sin
futuro y sin esperanza. Basta ya, Sr. Ministro! Cambie de actitud y no haga
cumplir a los demás lo que Ud. es incapaz de hacer. Basta ya de hacer pagar
siempre a los mismos. Deje respirar de una vez a los ciudadanos. Sea un poco
más flexible, Sr. Ministro! Más flexible, más sensible y más sensato.